Un Joaquín Sabina emocionado dio su primer “Hola y Adiós” en Buenos Aires, en la Capital Federal de nuestro país, tenía previstos 10 shows. Entre el público lo acompañaron varios amigos y colegas.
La relación de Joaquín Sabina con Buenos Aires no necesita de muchos preámbulos. Está plasmada en varias de sus canciones, en muchos de sus grandes amigos, y hasta Spotify asegura que es la ciudad del mundo en la que más se lo escucha, incluso más que en Madrid.
Iván Noble, con un show íntimo y cálido, dejó el clima perfecto para despedirse de Joaquinito. Cerró su presentación con “Avanti Morocha” y dio paso a un Sabina que se preparaba para reencontrarse con su público.
Si la gira “Contra todo pronóstico” ya había tenido sabor a despedida, “Hola y Adiós” prácticamente no deja dudas. Pero con la anterior, que convocó a más de 700 mil personas en una docena de países, el cantautor se quedó con las ganas. “Al calor de esas mieles y por la llana cortesía de no abandonar la fiesta sin despedirse, Joaquín Sabina ha decidido subir de nuevo a los escenarios para saludar por última vez antes de bajar el telón”, reza el programa del show.
El espectáculo abrió con los músicos en escena y el video de “Un último vals”, dirigido por Fernando León de Aranoa, donde aparecen figuras que marcaron la vida del cantante, como Serrat, Andrés Calamaro, Ricardo Darín y Jorge Drexler. También se vieron imágenes de su pareja, Jimena Coronado, y sus hijas, Carmela y Rocío.
No hubo grandes discursos, apenas una pequeña introducción sobre Buenos Aires y sus grandes artistas, además de algunos agradecimientos a sus amigos. La conexión se dio más en silencio, con Sabina mirando emocionado a un público que se ponía de pie y sostenía un aplauso durante minutos.
El repertorio recorrió distintas etapas de su carrera, incluyendo canciones que hacía mucho no interpretaba en vivo. “Lo niego todo” (2017) sonó junto a “Calle melancolía” (1980), “Mentiras piadosas” (1990), “Magdalena” (1999) y “Mes de abril” (1988).
Fueron algo más de dos horas en las que, además de la inconfundible voz de Sabina, brillaron Mara Barros con “Camas vacías” y la copla “Y sin embargo te quiero”, Antonio García de Diego con una impecable versión de “La canción más hermosa del mundo” y Jaime Asúa Abasolo con “Pacto de caballeros”.
El resto de la banda también se lució sobre el escenario. Montegro Borja en guitarra, Pedro Barceló en batería y Laura Gómez Palma, la única argentina del grupo, en el bajo. Mención especial para los vientos y la percusión de Josemi Sagaste y su estilo inconfundible.
Frente a un Arena colmado con 15 mil personas que agotaron las entradas en pocos minutos, Sabina recibió el cariño de su público. Y él, con su bombín en mano, pudo decirles “Hola y Adiós”.