Digital o de papel
por Yael Danilowicz
Actualmente la tecnología ofrece la posibilidad de descargar libros en formato electrónico, se los compra online y se los consume digitalmente. También están quienes los prefieren en formato papel y aseguran que la lectura así, es otra experiencia.
El formato puede variar, pero el contenido es el mismo, qué implique para cada lector y cómo prefiera vivir la experiencia de la lectura, es otro tema y va fluctuando según cada persona.
Uno de los beneficios de los libros digitales, es la comodidad, en un mismo dispositivo pueden convivir múltiples ejemplares y se los puede llevar en la mochila, la cartera, el bolso o incluso, el bolsillo. Es uno de los motivos por los que los lectores “tradicionales”, han migrado al libro digital ya que se reduce el espacio físico, en otro orden de cosas, no se talan árboles para este formato y también por la posibilidad de conseguir un libro en cuestión de segundos. Como contraargumento, quienes prefieren el formato analógico de los libros, aseguran que la cuestión ambientalista es un arma de doble filo porque para fabricar los dispositivos en los que se leen las publicaciones digitales, se contamina más. Es cuestión de óptica.
La creación de una biblioteca virtual, la posibilidad de adaptar el texto en tipo y forma a gusto del lector, entre otras, son algunas de las bondades de lo electrónico.
Sin embargo, otro gran grupo de lectores siguen optando por el libro impreso, por “la magia” de la experiencia física, por tocar, por sentir y por motivos más relacionados a gustos, pasiones y hasta placeres; no hay nada más lindo que “el olor a un libro nuevo” o dedicarle tiempo a armar en algún rincón de la casa una biblioteca con nuestros títulos preferidos.
Por estos últimos motivos consideramos que el libro físico es el único en su formato que aún sobrevive a pesar de la llegada de las nuevas tics.