¿Cómo se eligen los nombres hoy?
por Yael Danilowicz
¿Sigue siendo tendencia eso de inspirarse en lo que es popular? ¿Qué rol juega la tradición familiar? Padres, hijos y nietos con el mismo nombre de pila, ¿se sigue utilizando?
Durante el paso de los años muchas personas realizan elecciones neutras para no sentirse etiquetados por la sociedad, pero hoy la elección no es propia sino que, son nuestros padres quienes están tomando una decisión y eligen. Decidir el nombre que llevarán los hijos, no es tarea sencilla, es una forma de individualizar a una persona dentro de una comunidad determinada y se convierte en un “sello personal”, que no solo la acompaña durante su existencia sino también después de la muerte.
Ahora es noticia que crece la tendencia de la elección de nombres unisex en los bebés recién nacidos, ¿se tratará de una moda pasajera o se quiere dar un mensaje?
Cuando hablamos de los “nombres sin género”, estamos haciendo referencia a nombres para niños o niñas en los que no se les etiqueta de niño o de niña. Esto quiere decir que si escuchás el nombre, pero no ves al pequeño o pequeña, no sabrás si se trata de un niño o de una niña.
El registro civil empezó a eliminar las restricciones a partir de 1999 para que puedan utilizarse los nombres que deseen los padres y madres (incluso los extranjeros y los aborígenes). Si bien a la fecha existen algunas restricciones, son mínimas.
En lo que respecta a la elección de un nombre unisex o neutro, tenemos dos percepciones; por un lado el sexismo, los padres creen firmemente que estos pequeños podrán desarrollarse sin un rol social tan marcado, y hasta les abrirá la puerta a nuevas oportunidades laborales en su edad adulta. Además, podrán el día de mañana elegir su orientación sexual.
Por otro lado, se apela a la popularidad simplemente y a la creatividad de los padres, ya que pueden haber elegido un nombre unisex sin saber que lo era o simplemente lo eligieron por qué les gustaba. Porque así como hay una nueva tendencia, también sigue siendo fuerte la tradición del mandato familiar y así como tampoco dejan de surgir “Diego Armando” o algún otro nombre inspirado en un hecho, suceso o personalidad popular.