1200 prendas por semana, se venden en todo el país
fuente La Nación
Treinta personas trabajan en un taller salteño desde hace dos años y aseguran que lograron el equilibrio financiero.
Fabrican unas 1200 prendas por semana, que se venden en todo el país, no sólo a través de locales de indumentaria, sino de dos cadenas (Jumbo y Balbi). En tiempos a los que la industria textil le va mal, Lhaka ("nuestro" en wichi) logró su punto de equilibrio y crece.
Lhaka nació como resultado del programa social de la Fundación Molino Cañuelas y cuenta con el apoyo permanente de la marca Vitamina. En el taller de la comunidad San Ignacio de Loyola (a 80 kilómetros de Tartagal, Salta) trabajan 30 personas que cobran un básico y accesorios por presentismo y producción.
Hace unos cinco años el cacique Dino Salas, le pidió al empresario Aldo Navilli -dueño de Cañuelas- "trabajo y dignidad"; es que casi el 90% de los integrantes de las 300 comunidades wichís del Chaco Salteño, viven de subsidios. "El suyo es un liderazgo distinto, dice Catalina Rojas, facilitadora del proyecto-; así que instrumentamos un programa en dos etapas. En la primera atendimos lo urgente, las cuestiones sanitarias, la nutrición, la educación y las relaciones comunitarias. En la segunda, nos concentramos en la producción".
"Nos inclinamos por lo textil, que recupera una habilidad manual, incluye a hombres y mujeres y permite proteger a los trabajadores de las inclemencias del clima en la zona -sigue Rojas-. La ropa de mujer que se fabrica es de moda, pensada para entrar en el mercado de manera natural. Otra ventaja es que escalable a otras comunidades, a las que quieran replicar la experiencia".