¿No hay dos sin tres? Que así sea
por Cecilia Serrano
fotos Matías Egea
El festival indie del norte nos volvió a convocar hace una semana en el Jardín de la República, el pasado 2 de septiembre y con un muy buen marco de gente, se presentaron artistas emergentes de Tucumán, de otros puntos del país y la fiesta fue total.
Entre banda y banda, la propuesta de lxs djs era variada y buena, Patxi y Monky estuvieron a la altura.
La caravana arrancó con Brahmans y su power set, otro proyecto que gustó en vivo fue el de La llorona y su jardín de dragones, el público pidió otra pero no pudo ser ya que la generosa grilla pedía a gritos cumplirse hasta llegar al clímax con El Mató hacia el final, para eso faltaba un poco.
Quienes sí se impusieron a esto de tocar “dos temitas más”, fueron las chicas de Gorda Resucitada, su vocalista no solo interpretó dos cuando el pedido de la producción era uno más, sino que dejó un mensaje sobre las bandas nuevas y locales en un festival local. En fin, sonaron dos y el show continuó.
Barbi Recanati con una banda exquisita que cuenta en bajo con Marilina Bertoldi, quien actuaría con su banda más tarde, fue la única que se expresó literalmente sobre el contexto político actual en la Argentina, le tiró a Milei sin nombrarlo pero quedó claro y pidió “apagar Tiktok”. El agite de la gente era cada vez más firme, entró la noche y con ella una lluvia torrencial en la capital tucumana que duró unas buenas horas. Más de una persona ni se enteró, gracias al predio techado del Club Central Córdoba.
La sorpresa: fue la convocatoria que generó el fenómeno del dúo Koino Yokan, todxs querían ir a ver a los pibes que no defraudaron, conquistaron al público que se acercó a propósito en el predio para ver a este “nuevo” proyecto que empezó con cóvers y lo mejor que pudieron hacer es animarse a lo propio, en vivo suenan muy bien.
La revelación: Silvestre y la Naranja, absolutamente todo el predio coreaba sus canciones pop y claramente se notó que era uno de los espectáculos más esperados de la noche.
El Zar también dio un espectáculo completo, más allá de sus hits radiales, que claramente la música ya no se mide así, pero sigue siendo un termómetro, su set también incluyó aquellos temas random incluidos en las playlist de su fandom.
En el predio, había feria de artesanos, cerámica, fanzines, todo interesante, había espectáculos circenses de malabares y acrobacias, había para comer y beber, la birrita Norte con la que –spoiler- quedó encantada nada más y nada menos que Marilina Bertoldi, estaba a una temperatura ideal, tampoco faltaron el ferné y leé esto, el panchuque. Decime que es un festi tucumano sin decirme que es un festi tucumano. Un 10 la producción de Julio Rasuk y todo el piberío que se puso al hombro tamaño evento y todxs disfrutamos al máximo.
Acercándonos al cierre de la noche ya en plena madrugada, subió Marilina Bertoldi al escenario, con una propuesta conceptual desde el arranque, jugando con la cámara en vivo y la pantalla. Qué decir de su show, de rock al palo con solo una balada que es “la que más le gusta a la gente” (Enterrarte). Banda de lujo, al igual que la de Barbi Recanati compartiendo a “Pucho” en este caso y con el resto de las cuerdas a cargo de mujeres. En la bata, el talentoso de Eduardo Giardina. El set de Marilina fue algo reducido pero ella no se mostró molesta con esto, agradeció tocar en un horario en que generalmente no suele tocar, quizá ella aún no es consciente de todo lo que creció su proyecto y en lo que se convirtió, como para tocar en horario central. Agradeció “la birrita”, agitó que ya llegaba El mató a un policía motorizado y concluyó su espectáculo con uno de sus sellos de un tiempo a esta parte, tirando agua y “bendiciendo” a su público.
Santiago Motorizado y los suyos arribaron al escenario para darle un cierre al Tucumán Urban Indie 2 y además de la fiesta que ya había en el aire, sumamos emoción, con sus canciones que evocan a un amigx, a un amor, a un familiar o a tu perro, El mató nos hizo alzar los puños, gritar las canciones y emocionarnos con las más ‘melanco’, qué viva la música en vivo, que viva el Urban Indie y que se cumpla eso de que “no hay dos sin tres”.
