Se viene el documental de la banda de niños
Lo que LuisMi nos dejó… Hay que reconocerle al Sol de México que a partir de su serie en Netflix, a varios les picó el bichito y quieren contar aquello que no se animaban a decir o evidenciar eso que les daba pudor mostrar.
Luis Miguel con su serie rompió una barrera y allanó el camino, ahora todo es menos difícil. Si bien su serie está basada en un libro, está claro que el fenómeno de las producciones on demand, es masivo. Contar la explotación que sufrió de niño, cómo llegaron a drogarlo para que su cuerpo resista shows + la grabación de una película, entre otras labores, es algo fuerte y que lejos de generar repudio, generó que la gente mire al Luis Miguel adulto de hoy, con compasión.
Ahora son los Parchís quienes cuentan sus pesares de aquella época en que todo parecía color de rosa.
"Hemos tenido intentos de rapto, bombas en los aires acondicionados, nos han drogado..."
La banda infantil de los años ochenta, estrenará un material audiovisual, prometen repasar los momentos más frenéticos de su éxito.
Parchís no fue solo un grupo de música: fue un fenómeno social. Seguramente la agrupación infantil española más popular. Vendieron 25 millones de discos, actuaron en el Madison Square Garden de Nueva York, hicieron siete películas, viajaban en coches blindados, hacían giras y tuvieron épocas en las que no pisaron sus casas en seis meses... Eran cinco chicos vestidos de colores y sumidos en una vorágine continua.
Todo ocurrió en la década de los ochenta, a principio de los noventa su fama decayó y se separaron.
"Lo que sí que es fuerte es que lo mejor de tu vida, o una de las cosas más brutales de tu vida, te pase cuando solo tienes 14 años". Los integrantes de Parchís rememoran, en un documental que estrena Netflix, la década en la que España entera gritaba sus nombres. Tino Fernández era la ficha roja, Yolanda Ventura era la ficha amarilla, Gemma Prat era la ficha verde, Frank Díaz era la ficha azul y David Muñoz, que vestía de blanco, era el dado. Cinco niños que apenas habían entrado en la adolescencia en 1979.
Tenían entre 8 y 12 años y pronto descubrieron lo que era llenar estadios, despertar la histeria de los fans y firmar autógrafos hasta dejar de sentir la muñeca. "Era una locura constante: yates, aviones, helicópteros, fans...", afirma el grupo en una entrevista de 2017. "Se ganó mucho dinero, pero nosotros no", comentan aludiendo a la gente de la industria que les rodeaba.
40 años después del debut de Parchís, Toni Garrido invitó (el 18 de junio de 2019) a “Hoy por Hoy”, programa que conduce en la SER, al director del documental sobre el grupo, Daniel Arasanz, y a dos de los miembros, Tino Fernández y Frank Díaz.
"Éramos niños con un juguete que nadie más tenía [público y éxito] y era súper divertido. No tuvimos el agobio de que nos estuvieran exprimiendo la vida. No estábamos en el cole, no nos preocupaba si nos iban a pagar o no...", reconoció Tino Fernández.
Sin embargo, no todo fue jolgorio, halagos y baños de masas. Como explica Frank Díaz, en la década de los ochenta el control laboral de los niños no era el mismo que se ejerce hoy. "Hacíamos jornadas de 19 o 20 horas. Empezábamos a trabajar a las seis de la mañana y acabábamos a la una de la madrugada después de haber hecho un triple bolo [concierto]. Éramos una máquina de trabajar, pero no había quejas porque nosotros disfrutábamos mucho".
El documental dirigido por Arasanz muestra cómo el fanatismo que el grupo despertó, tanto en España como en Latinoamérica, tuvo consecuencias que en más de una ocasión pasaron de la anécdota. "A Tino se le dislocó un brazo porque se rompió un cordón de seguridad y se nos abalanzaron las fans en una gira por México. También hemos tenido intentos de rapto, bombas en los aires acondicionados, nos han drogado subiendo al autobús de la gira...", afirmó Frank Díaz.
"Hay que ver el documental para darse cuenta de todo lo que vivieron", señala Arasanz, el responsable de la cinta.
A pesar de haber pasado por episodios como los que detalla el que fuera la ficha azul de Parchís, Tino Fernández asegura que la década que la banda estuvo en activa fueron años felices. “Nuestra infancia en términos generales fue feliz, divertida y apasionante. Hoy los chicos tienen que suplir estos ídolos con música que no es adecuada para su edad”.
Los cinco miembros del grupo rondan en la actualidad los 50 años y ya no se dedican a cantar. Frank es fotógrafo, Gemma estudió pediatría pero ahora es administrativa, Tino dirigió una compañía de limusinas y fue comentarista deportivo, y David trabaja en publicidad. La única ligada al mundo del espectáculo es Yolanda. Se fue a trabajar a México como actriz y su fama fue tal que incluso llegó a posar, en 2013, para la edición mexicana de Playboy.