Nuevo año, nuevas oportunidades
En tan solo cinco pasos, podés tener más disciplina y lograr tus objetivos. Ser disciplinado es el único camino para alcanzar cualquier meta que te propongas. No es posible lograrlo si no llevás adelante el hábito repetido y sostenido en el tiempo. ¿Todos los días? Ago así, con disciplina.
La palabra disciplina tiene mala prensa. Por lo general, se la asocia con lo rígido y los dogmas, las doctrinas y el sacrificio. Si te enfocás en eso, seguramente tu inconsciente se pondrá rebelde y contribuirá en poco con tu desarrollo del nuevo hábito.
Sin embargo, proviene del latín “discípulo”, que es alguien que sigue los pasos de quienes le precedieron y quisiera conquistar un rasgo admirable. Desde esta perspectiva, disciplina se convierte en una dirección hacia tu meta.
La invitación es a que “te pongas las pilas”, asumas tu auto disciplina en términos de esfuerzo hacia el logro a conquistar, focalizado en un resultado distinto a como vives actualmente, en cualquier aspecto.
Todo parte de una verdadera motivación. Define algo que te desafíe y te impulse a conquistar un logro especial. Incluso, puede ser un estímulo una indicación médica acerca de que debes disciplinar cierto aspecto.
Paso 1
Controlá las distracciones
Si observás objetivamente un día típico en tu vida, te darás cuenta de la enorme fuga de energía en cosas innecesarias; por caso, las horas que pasas haciendo zapping frente la televisión, o en las redes sociales mirando la vida de otros. Tratá de redirigir tu energía hacia vos, transformándola en el combustible para tu auto disciplina. Hacé cosas que te motiven y que acerquen bienestar a tu vida en los planos físico, emocional, mental y espiritual.
Paso 2
Vencé la pereza
Para muchos, dar el primer paso es lo que más cuesta. Hay una fracción de segundo donde tienes que elegir entre la pereza o ponerte en movimiento hacia tu meta. Quebrá ese límite auto impuesto. Da un paso a la vez, sostenido en el tiempo.
Paso 3
Hacé de la voluntad tu gran logro
Esta condición humana se asocia con lo gánico (de “ganas”). En cuanto te entusiasás con algo, incluso por el resultado que obtendrás a largo plazo, todo tu interior, incluyendo el cerebro, la mente y las emociones, trabajarán a tu favor. Es necesario apoyarte en tu escalón de voluntad para impulsarte hacia adelante, y salir de la inercia.
Paso 4
Agendá todo, incluso los descansos
El orden y la organización son un aliado ideal de la disciplina. Resultará confuso para tu inconsciente dar señales contradictorias si sos un caos en lo externo e interno, y, a la vez, buscás auto disciplina. Registrá tus compromisos, cmplílos; asigná espacios de descanso y de recuperación física y mental para balancear este nuevo hábito que estás incorporando. Hacélo consciente: luego lo harás en forma innata, como cuando andas en bicicleta.
Paso 5
Negociá internamente con tu centro de recompensa
Este aspecto es decisivo para que perseveres. Frente a un paso donde estás a punto de retroceder en tu proceso para ser más disciplinado, establece una regla interna de recompensarte de alguna forma estimulante. Tu espíritu y el cerebro lo necesitan.
Por ejemplo, date un gusto; expresá internamente la recompensa que tendrás al final de la tarea que exige una dosis extra de tu voluntad. Así, a cada acción le asociarás una recompensa; de esta forma, el inconsciente te ayudará a hacerlo en estado “flow”, fluir en forma espontánea.
Esto es lo que vas a logar con la práctica continuada de la auto disciplina, cuando el nuevo hábito ya se haya transformado en parte natural de tu vida.